No te conoce el toro ni la higuera,
Ni caballos, ni hormigas de tu casa.
No te conoce el ni�o ni la tarde
Porque te has muerto para siempre.
No te conoce el lomo ni la piedra,
Ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
Porque te has muerto para siempre.
Tardar� mucho tiempo en nacer, si es que nace,
Un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
Y recuerdo una brisa triste por los olivos.
Porque te has muerto para siempre,
Como todos los muertos de la tierra,
Como todos los muertos que se olvidan
En un mont�n de perros apagados.
El oto�o vendr� con caracolas,
Uva de niebla y montes agrupados,
Pero nadie querr� mirar tus ojos
Porque te has muerto para siempre.