Por esa cuesta abajo que hay saliendo de la casa,
sinti� el fr�o en los huesos de la limpia madrugada,
rondaba en su cabeza en la primera luz del alba,
qu� har�a si ma�ana no saliera al mar su barca.
Peleando veinte a�os para al fin llegar a nada,
el faro y las mareas reconocen sus pisadas,
apenas le nacieron como un juego se embarcaba,
cri�ndose entre redes de la mar nada extra�aba.
Marinero arr�a la vela
que est� la noche tranquila y serena.
Presiente a quien le debe la moneda en que le pagan,
nada esperaba de ellos porque no regalan nada,
hay gente que negocia con torpeza tan extra�a,
como si no supieran o escondieran otras cartas.
Y al cabo nada debo si no hay pesca prendo fuego,
me salgo al mar y quemo hasta el �ltimo aparejo,
que carguen a su espalda y su conciencia un hombre menos,
hoy siete de febrero, sello y firmo en Cudillero.