He conversado largamente
con mi desesperaci�n
hemos delimitado los terrenos,
en adelante
ocupar� tres cuartos de mi alma
y el otro
ser� un peque�o templo de esperanza.
Ha jurado respetar mis ideales, sue�os...
Entre medias palabras insinuantes
asegur� que siempre hay tiempo
para alcanzar la paz en este mundo
y que ella
con sus fuentes emanantes
sublimes
interceder� para dejar mi pecho
a salvo de verdades
y poder concluir
felizmente vac�o en una cl�nica mental.