Nuevas Oraciones N�1

�C�mo ser� la noche de la fe?
El d�a que al repicar el sol en los cristales
pueda musitar: Manuel, te hab�as equivocado;
esa mano cruel y poderosa,
a la que en tu locura prejuzgaste,
era "sabia", como te dijo aquel fraile,
y cuando apostill�: "es terriblemente justo"
sus palabras ampulosas no mintieron.
A lo mejor resulta que yo soy un condenado materialista
de los que reventaban a Jes�s,
el insatisfecho Jes�s Nazareno,
porque se me dispara el cerebro y hago n�meros
por comprobar palpablemente
la evidencia de nuestra injusta sociedad.
�C�mo ser� la madrugada de la igualdad?
�Madrugaremos todos o no ser� preciso
arrastrarse a una oficina o a una zanja?
Los hombres que nos rijan �har�n falta?,
ser�n hombres rebosantes de pureza, de idealismo.
Os juro que no me importar�a; al contrario,
ser�a un gran orgullo, que nuestra piel de toro
fuese rebautizada ese gran d�a,
con el hermoso imposible: igualdad.
Se har�an nuevos himnos �o no habr�a himnos?
si no hay que alimentar mitos, sobran los himnos.
Se reformar�an los mapas y nuestro adjetivo u realidad
ser�an ejemplo ante los otros... y es posible
que m�s de un fiero idealista nos siguiese entre todos,
culminar la gran obra: cambiar el mundo.
Poder ofrecerle al creador algo tangible, decirle:
esto nos diste y entre todo esto nos levantamos;
ha habido dos o tres o cien mil que se negaron...
T� ya sabes lo que hicimos con ellos.
Seguramente al ver nuestro valiente ejemplo levantado,
rectificar�a sus planes,
dej�ndonos vivir independientes de su mano
sin perder de vista nuestros pasos.
Esa hermosa madrugada, me arrojar� por la ventana
en oblaci�n al rey y as� recriminarle:
la cantidad de angustia y soledad que almacen� en el hombre.