En la prisi�n de la ansiedad
medita un astro en alta voz;
gime y se agita como le�n,
como queri�ndose escapar.
�De d�nde viene su corcel
con ese brillo abrumador?
�Parece falso el arrebol
que se desprende de su ser!
"Viene del reino de Sat�n",
toda su sangre respondi�,
"quemas el �rbol del amor,
dejas cenizas al pasar".
Va prisionero del placer
y siervo de la vanidad;
busca la luz de la verdad,
mas la mentira est� a sus pies.
Gloria le tiende terca red
y le aprisiona el coraz�n
en los silencios de su voz
que se va ahogando sin querer.
La candileja artificial
le ha encandilado la raz�n.
�Dale tu mano, amigo Sol,
en su tremenda oscuridad!
�Qu� es lo que canta, digo yo?
No se consigue responder.
Vana es la abeja sin su miel,
vana la hoz sin segador.
�Es el dinero alguna luz
para los ojos que no ven?
"Treinta denarios y una cruz",
responde el eco de Israel.
�De d�nde viene tu mentir,
y ad�nde empieza tu verdad?
�Parece broma tu mirar,
llanto parece tu re�r!
Y su conciencia dijo al fin,
"c�ntale al hombre en su dolor,
en su miseria y su sudor,
y en su motivo de existir."
Cuando del fondo de su ser
entendimiento as� le habl�,
un vino nuevo le endulz�
las amarguras de su hiel.
Hoy es su canto un azad�n
que le abre surcos al vivir,
a la justicia en su ra�z,
y a los raudales de su voz.
En su divina comprensi�n,
luces brotaban del cantor.