Unas manos curtidas por la lluvia
Por la brisa, el azad�n y las heladas
Pasos firmes, voz serena
Alma clara y tez morena
Son el sello de un valiente jornalero
Con el hambre y la miseria carga a cuestas
Con el llanto de familias que no cuentan
Piel con surcos como arado
Hombre recio pero majo
Teje sue�os que hila con trigo y cebada
Vuelve a casa, se hace tarde
Los cantos de su amor por �l aguardan
Junto a un Sol de pocos dientes
Pelo liso, negro y blanco
Y que espanta los problemas con un hola pap�
La semblanza del que aunque fuerte es amable
Y unas canas que bajo el sombrero escapan
La cojera que le aqueja
Y sus fuerzas que se alejan
Son reflejo del reloj que le ha minado