Repetido naufragio de tus besos,
que por sabido no ha dejado de sangrar.
Una vez tuve esperanza que volvieras...
Y tus manos de rencor me hirieron m�s.
Fue suicida confiar a las palabras
la palabra de amor que da el amor...
�C�mo pudiste hacerme sufrir tanto,
sin tener un adi�s para mi adi�s?
Y no hallar�s
ni un perd�n para la herida.
Y en tu partida
las estrellas no estar�n.
No encontrar�s
en la ca�da ni un consuelo
y en el desvelo
ni una noche para amar.
Es in�til la angustia en el vencido
porque la angustia no devuelve el coraz�n.
Ya no est�s con tu sonrisa de campana
y lejana como adi�s es la canci�n.
Fue suicida confiar a las palabras,
la palabra de luz que da la luz.
C�mo pudiste florecer el pecho
y poner otra cruz sobre mi cruz.